lunes, 24 de agosto de 2009

SEDENTARISMO: La pandemia del siglo XXI

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Sedentarismo: La pandemia del siglo XXI




Todos/as hemos oído la expresión “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. Es un dicho muy sabio, y aplicable a infinidad de actividades. Lo que quiero conseguir con este artículo es que ¡te levantes del sofá, o te levantes de la cama…! Y que cuides la salud antes de estar enfermo.

El sedentarismo, para quien no haya escuchado esta expresión nunca, es un modo de vida o comportamiento caracterizado por la carencia de agitación o movimiento, o también se puede definir como la falta de actividad física menos de 30 minutos y de 3 veces por semana. Por muy poco que parezca, esa ligera actividad nos puede prevenir de problemas tan conocidos como la obesidad, la hipertensión y la arterioesclerosis. Estas tres patologías son frecuentadas por millones de personas en el mundo, es por ello que considero al sedentarismo como la pandemia del siglo XXI.

Hoy en día, los niños están acostumbrándose a pasar sus ratos libres delante de la computadora, de los videojuegos o de la televisión. Esta costumbre cada vez se extiende más debido a que los padres y madres no pueden emplear tanto tiempo a sus hijos como lo hacían antes, descuidando su atención y permitiendo que adopten hábitos inculcados por la publicidad y el consumismo. Este es uno de los principales orígenes de la obesidad infantil, y de futuros problemas en la adultez, condenando a esos niños a ser enfermos crónicos.

La sociedad actual impide planificar un tiempo dedicado al cuerpo y al mantenimiento de la salud, ya sea porque los horarios laborales nos ocupan más horas de las normales, o porque nos pasamos el día buscando un trabajo para subsistir. Es muy común que todo este ajetreo, tanto físico como emocional, haga que estemos deseosos de llegar a casa y olvidarnos del mundo rindiéndonos a la comodidad de nuestro sofá.

El objetivo es mentalizarnos de lo que “debemos hacer” y lo que “debemos hacer”, es decir, sin dejar de lado nuestras obligaciones, cada uno de nosotros debería imponer una norma sobre sí mismo, ¡hay que cuidarse!Porque al fin y al cabo, ¿de qué sirve trabajar? ¿De qué sirve pelear? ¿De qué sirve lamentarnos? ¿De qué sirve buscar un trabajo mejor? ¿De qué sirve comprar? ¿De qué sirve viajar?… ¿De qué sirve cada uno de los momentos de nuestra vida, si con cada uno de esos momentos estamos descuidando y perjudicando nuestra salud?

El ejercicio, el buen humor, la alegría, la dieta sana, la actividad sexual son posturas opuestas al sedentarismo. Dentro de los beneficios que puede aportar una actividad física diaria están:

• Mejora el control del peso corporal.

• Mejora la imagen personal.

• Disminuye el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares.
• Previene y/o retrasa el desarrollo de hipertensión arterial, y disminuye los valores de tensión arterial en hipertensos.
• Mejora el perfil de los lípidos en sangre (reduce los triglicéridos y aumenta el colesterol HDL).

• Disminuye el riesgo de padecer Diabetes no insulino dependiente.

• Disminuye el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer (colon, mama).

• Ayuda a mantener y mejorar la fuerza y la resistencia muscular, incrementando la capacidad funcional para realizar otras actividades físicas de la vida diaria.

• Ayuda a mantener la estructura y función de las articulaciones, por lo que puede ser beneficiosa para la artrosis.

• Ayuda a combatir y mejorar los síntomas de la ansiedad y la depresión, y aumenta el entusiasmo y el optimismo.

• Ayuda a conciliar y mejorar la calidad del sueño.

• Ayuda a liberar tensiones y mejora el manejo del estrés.

• En adultos de edad avanzada, disminuye el riesgo de caídas, ayuda a retrasar o prevenir las enfermedades crónicas y aquellas asociadas con el envejecimiento. De esta forma mejora su calidad de vida y aumenta su capacidad para vivir de forma independiente.

Entre todos, y empezando por ti, podemos conseguir que el sedentarismo deje de ser una consecuencia de graves problemas para la salud. Aconseja a los tuyos que se muevan.


1 comentario:

Erizo 9000 dijo...

De acuerdo, debemos apoyar la actividad física. De hecho la semana pasada escuché una entrevista de Carmen Aristegui al Dr. Meléndez, especialista en nutrición que marcaba 3 factores como principales en el problema de obesidad: genéticos, genéticamente puedes tener o no tendencia a la obesidad. Biológicos como el peso al nacer o la falta de lactancia, etc. Y del ambiente y los cambios culturales: vida sedentaria y falta de actividad física por el uso de escaleras eléctricas, elevadores, uso en exceso del coche, etc.